Todos los días amanece para todos, todos los días hay sonrisas, sonrisas y flores que iluminan el camino. Pero en realidad, en el mío no. Mi camino está turbio, todos los días son el mismo día, el tiempo no pasa pero la tormenta si que se acerca, y eso cada día me hace pensar que puede llegar el fin.
Tú, el, ella, vosotros tenéis un acompañante, alguien que os coge de la mano y os guía y orienta cuando más lo necesitáis, alguien que recoge vuestras lagrimas y las convierte en perfectas ilusiones. Es algo común, esquivar, proteger y caminar solo no es algo optativo, si te toca, es lo que tienes que soportar, día tras día, por eso cada vez que amanece para vosotros, es la misma oscuridad para mi, porque mi camino está sembrado de trampas y obstáculos que me obligan a rendirme.
